los infinitos se los llevó el viento

Hace demasiado que no escribo, tanto que había olvidando la cantidad de sentimientos que derramaba frente a la pantalla de un ordenador. Supuse que no me valdría la pena contarle a nadie lo que me pasaba, porque al fin y al cabo nada me había salido bien. Luché por lo imposible, y tras varios meses de descanso, he llegado a la fácil conclusión de dejarlo todo de lado, empezar de nuevo, como siempre he dicho, y que nunca he cumplido. Ésta es la definitiva y la de verdad, me he pasado un verano sabático pensando en la cantidad de cosas buenas y malas que me has hecho sentir, y sin duda las malas ganan a simple vista. He intentado hacerme croquis o resúmenes de cada mes, para recordar todo lo bonito que nos ha pasado, en plan examen pero sin recuperación, no se como lo hacía pero si algún día dicen de examinarme de todo lo que sentía por ti, sacaría un diez, te lo aseguro... Dicen que cada persona es un mundo, a mi me ha costado mucho dejar de echarte de menos, en realidad todavía no lo he conseguido, pero ten en cuenta que ese será mi objetivo de la próxima semana, aguantar esas seis horas diarias en la misma clase, sin mirarte ni siquiera una vez, sin contestar a tus palabras y por mucho que me guste, sin quererte. Ya no es por ti, ni por mis amigas o familia, es por mi, ésto es algo que hago por mi persona, tanto moral como socialmente me he visto aturdida por la barbaridad de lágrimas inconscientes que he derramado, tanto que hasta podría haberme quedado deshidratada, pero ahora que ha pasado todo este tiempo, estos meses sin cesar, y estos años conociéndote a fondo... No quiero saber nada de ti, ni de ti ni de tus ojos azules y mucho menos de lo relacionado a tu alrededor, estoy harta de tenerte sólo cuando a tí te apetezca porque las cosas no funcionan así, si tu eras para mi, yo era para tí, con un mismo respeto entre los dos, estoy orgullosa de no continuar con esta tortura, porque ni la piedra más dura lo aguantaría, te lo aseguro.